En este artículo nos centraremos en normas relativas a los requisitos técnicos necesarios para hacer que los productos eléctricos sean seguros desde el punto de vista de la Seguridad Eléctrica y la Compatibilidad Electromagnética.

 

¿Qué es una norma?

Es un documento que establece, por consenso y con la aprobación de un organismo reconocido, reglas y criterios para usos comunes y repetidos. Es decir, establece las condiciones mínimas que debe reunir un producto o servicio para que sirva al uso al que está destinado.

Cuando un producto es diseñado bajo ella, nos estamos asegurando que cumple con ciertos requisitos que lo hacen más seguro y mejoran su calidad. Además, con la exigencia de marcado e información esencial en los manuales se asegura que el usuario tendrá lo requerido para un uso correcto del equipo.

Las normas fomentan las buenas prácticas de diseño, a su vez que permiten la transferencia tecnológica a distintos países y regiones, facilitando el comercio y colaborando con la regulación del mercado. Cuando un producto se diseña bajo norma se tienen en cuenta ciertos aspectos constructivos, eléctricos, de marcado, de tipos de materiales, etc, basados en resultados de investigaciones tecnológicas, que promueven las buenas prácticas de fabricación y que hacen al producto más confiables para el consumidor.

 

¿Quiénes hacen las normas?

Las normas son documentos relacionados con el proceso de normalización, el cual se define como la actividad que tiene por objeto establecer, ante problemas tales como reales o potenciales, disposiciones destinadas a usos comunes y repetidos, con el fin de obtener un nivel de ordenamiento óptimo en un contexto dado, que puede ser tecnológico, político o económico (ISO – International Organization for Standardization).

Los organismos dedicados a redactar las normas existen en distintos niveles de organización. Así podemos encontrar a nivel nacional, regional e internacional. Por ejemplo, en Argentina el IRAM es el Instituto Argentino de Normalización y Certificación, y a nivel internacional nos encontramos con la IEC International Electrotechnical Commission (Comisión Electrotécnica Internacional) o la ISO, de la cual IRAM forma parte. Y a nivel regional, en Mercosur, nos encontramos con la AMN Asociación Mercosur de Normalización, de la cual IRAM también forma parte, y en Europa el CENELEC (Comité Européen de Normalisation Electrotechnique (Comité Europeo de Normalización Electrotécnica, que es responsable de la normalización europea en las áreas de ingeniería eléctrica.

A su vez, dentro de cada uno de ellos existen distintas áreas de interés y alcance. Es por ello que cada organismo está conformado por comités con representantes de distintas organizaciones que pertenecen a los sectores involucrados en la creación de una norma: fabricantes, consumidores, organismos de investigación científica y tecnológica y asociaciones profesionales. Por ejemplo, en IRAM, el proceso de elaboración de normas se realiza a través de los Organismos de Estudio de Normas, con la participación de representantes de distintas organizaciones.

El uso de estándares facilita la creación de productos y servicios que sean seguros, fiables y de calidad. Los estándares ayudan a los negocios a aumentar la productividad a la vez que minimizan los errores y el gasto. Al permitir comparar directamente productos de diferentes fabricantes, facilita que nuevas compañías puedan entrar en nuevos mercados y ayudar en el desarrollo de un comercio global con bases justas. Los estándares también sirven para proteger a los consumidores y usuarios finales de productos y servicios, asegurando que los productos certificados se ajusten a los mínimos estandarizados internacionalmente.

 

Estructura de una norma: ¿cómo se leen?

La norma o estándar contiene especificaciones técnicas elaboradas con el apoyo y consenso de los sectores clave que intervienen en esta actividad. En los laboratorios de ensayos como el LECyS, se analizan normas para verificar su cumplimiento en equipos, como por ejemplo electrodomésticos, electromédicos, de tecnología de la información, monitor de aislación de línea para instalaciones hospitalarias, etc.

Otra clase de normas no se orientan a productos sino a técnicas de medición y ensayo, las cuales son luego referenciadas por normas de producto no requiriendo estas últimas detallar el modo de ensayo sino solamente el nivel de rigurosidad exigida.

También hay normas más generales que se usan como aplicación e interpretación de definiciones y términos fundamentales.

Su contenido depende del campo de aplicación. En general podemos encontrar información relativa a:

  • La denominación de la norma, su clave, y en su caso, las normas en que se basa.
  • La identificación del producto, método, instalación, es decir el alcance de la norma.
  • Las definiciones de términos y abreviaturas.
  • Las especificaciones y características que correspondan al producto, método, instalación.
  • Los métodos de prueba aplicables en relación con la norma y en su caso, los de muestreo.
  • Los datos y demás información indicadoras que deban contener los productos.
  • El grado de concordancia con normas y recomendaciones internacionales cuando existan.
  • La bibliografía que corresponda a la norma.

Generalmente, cuando se analizan las normas, éstas hacen referencia a otras normas, ya sea para aclarar definiciones, especificar métodos de ensayos, determinar valores máximos o mínimos permitidos de alguna medición, etc. Es por ello que nos podemos encontrar con normas particulares, que son específicas de un producto (por ejemplo un electrocardiógrafo), normas generales, que abarcan una gama de productos que tienen una relación entre sí (por ejemplo equipos electromédicos) y también normas colaterales, que se relacionan con un tema en particular de una gama de productos (por ejemplo la norma IEC 60601-1-2 que hace referencia a los requisitos de compatibilidad electromagnética para equipos electromédicos).


Ver: ¡Habilitamos los ensayos de precumplimiento!